Aunque pueda parecer que tomar el sol mejora el acné, sus efectos son solo temporales y, a largo plazo, pueden empeorar la condición.
¿Por qué parece que mejora?
- El sol reseca la piel, lo que da la falsa impresión de que hay menos grasa.
- Al broncearse la piel alrededor del grano, el enrojecimiento se disimula.
- La radiación solar puede actuar sobre ciertas moléculas en los poros (porfirinas) y eliminar algo de la bacteria causante del acné (Cutibacterium acnes).
Pero en realidad...
Estos efectos son superficiales y de corta duración. Los estudios demuestran que exponerse al sol sin protección puede empeorar el acné al aumentar la producción de grasa, la inflamación y la hiperpigmentación postinflamatoria (manchas que quedan después del brote).
Además, quemarse con el sol aumenta significativamente el riesgo de quemaduras y cáncer de piel.
¿Qué hacer en lugar de tomar el sol?
Existen tratamientos tópicos eficaces y accesibles sin receta, como el ácido salicílico, peróxido de benzoilo o retinoides, que sí combaten el acné de forma segura y duradera.