El tratamiento se basa en bloquear las señales nerviosas que estimulan la sudoración o actuar directamente sobre las glándulas sudoríparas.
1. Tratamientos tópicos
Los antitranspirantes son una opción simple y eficaz para muchos pacientes. Los de venta libre contienen cloruro de aluminio, que bloquea temporalmente los conductos de sudor. Se recomienda aplicarlos en la piel seca, preferiblemente por la noche.
- Cloruro de aluminio: tapa los conductos de las glándulas sudoríparas, reduciendo la transpiración. Con el uso constante, puede disminuir la actividad glandular con el tiempo.
- Glicopirrolato en toallitas (Qbrexza): bloquea los receptores que activan la sudoración. Es un tratamiento con receta, especialmente útil en axilas, y puede usarse de forma no oficial en manos y pies.
2. Iontoforesis (para palmas y plantas)
Consiste en sumergir las manos o pies en agua mientras se aplica una corriente eléctrica suave. Aunque su mecanismo exacto no se conoce del todo, se cree que inhibe la actividad de las glándulas sudoríparas.
- Se realizan sesiones 3–4 veces por semana al inicio, reduciendo la frecuencia a medida que mejora la condición.
- Existen dispositivos caseros para continuar el tratamiento desde el hogar.
3. Inyecciones de Botox
El botox (toxina botulínica) bloquea la liberación de acetilcolina, sustancia responsable de activar las glándulas sudoríparas. Es muy eficaz para tratar la hiperhidrosis en axilas, manos y pies, con resultados temporales pero potentes.
4. MiraDry (para axilas)
Tecnología no invasiva que destruye las glándulas sudoríparas en las axilas mediante energía de microondas. Es una opción duradera, aunque debe realizarse por profesionales capacitados para evitar efectos adversos como daño nervioso.
5. Medicación oral
Para casos de sudoración generalizada o múltiple, se pueden usar medicamentos como el glicopirrolato oral, que bloquea la acción de la acetilcolina a nivel sistémico. Aunque eficaces, pueden generar efectos secundarios como sequedad bucal, dificultad para orinar o riesgo de sobrecalentamiento.
6. Cirugía (simpatectomía)
En casos severos que no responden a otros tratamientos, se puede considerar una simpatectomía, que consiste en cortar o bloquear los nervios que controlan la sudoración. Es efectiva, pero se reserva como último recurso debido a su carácter permanente y al riesgo de sudoración compensatoria en otras zonas del cuerpo.